mi jazzista preferida

Febrero 1, 2006

 

 

Era miércoles y estaba en el Atrio, un bar-galería en la colonia Roma. Había alcanzado a algunos amigos, uno de los cuales exponía parte de su obra pictórica (muy buena, por cierto). No estuve mucho tiempo, pues tú sabes que entre semana suelo salir tarde de la oficina y también llegar tarde a mis compromisos sociales, además de que el lugar cierra temprano. Casi al final, el grupo mexicano de jazz improvisaba su último bloque del día.

 

Mónica, quien es una gran aficionada de la música de jazz, comentaba que los grupos mexicanos siempre suenan igual, que siempre se inclinan por el mismo ritmo. – A mí, nacionales y extranjeros no sólo me suena todos similares, sino que también me gustan – pensé. La música que sonaba en ese momento me parecía realmente buena, sin embargo Mónica me había hecho ver que, en efecto, era un poco lineal. Segundos después de su comentario, el saxofonista comenzó a ofrecer algo sustancialmente distinto, algo fuera de la línea que incluso yo comenzaba a percibir. Era como si la opinión de mi conocedora amiga hubiera llegado hasta los oídos de los músicos.

 

– Mira, ahora sí se está arriesgando y suena mejor – dijo ella. Y, como ya lo he dicho, yo ya lo había notado también. Así que, finalmente, la música de esa noche dejó un buen sabor de boca en todos los que departimos en aquel lugar.

 

 

Hoy es el primer día de los siete que mi jefa decidió tomar de vacaciones, lo que ha puesto una gran sonrisa en mi rostro y me ha dado más tiempo libre del que estoy acostumbrado en horas de trabajo. Decidí ordenar algunos archivos electrónicos que guardo en mi computadora, entre los cuales aparecieron tus fotos, todas las que tengo. Cuatro entregas de tu viaje a Japón, una de la cena en La Buena Tierra, una de Nottingham, una de Suiza, una de tu cumpleaños en Londres y, finalmente, una de París.

 

Mientras veía nuevamente las de tu viaje a Suiza, Ana Mores, una compañera de trabajo, se acercó y vio una de ellas.

 

          ¡Mira, qué chido! ¿Y ahora dónde está? – dijo ella.

          Estuvo, en Suiza – respondí.

          Me encanta esa mujer, se la pasa viajando y se ve que la pasa realmente bien – dijo debido a le he platicado de ti y no es la primera vez que mira tus fotos.

 

Entonces fue cuando pensé que eres mi jazzista preferida, la que se arriesga. Ésa que ha tenido muchas veces la oportunidad de tocar en su vida de forma lineal y que sin embargo ha decidido dar el salto para ofrecernos una hermosa melodía. No son sólo tus viajes, Lore; es esa grandiosa capacidad y voluntad para abrir la puerta al cambio y dejarte llevar de la mano por el destino; es ése mirar a la vida de frente; son tus decisiones cuando se trata de cerrar ciclos y abrir otros; es tu envidiable afán por cumplir tus sueños. Siempre te he admirado, pero hoy este sentimiento es implacable y es así que decidí hacértelo saber. Te quiero, Lore. Que sirvan estas líneas para recordártelo.

 

Erick.

~ por erickfranco en 1 febrero, 2006.

2 respuestas to “mi jazzista preferida”

  1. Que onda Primo.. estaba aqui de metiche leyendo tus blogs y de verdad que me encanta como escribes… de repente me senti como que estaba leyendo el comienzo de un libro y  me dejo con tan buen sabor de boca que se me antojo que en realidad fuera un libro para seguir leyendo la historia… me encanto tu manera de describir las cosas de verdad deberias escribir un libro… un abrazo…
    Daniella

  2. pues la neta si escribes bien chido   que historia  ta interesante bien
    sigue asi  y vas a salir adelante
     
    bien _que_chido
     
     

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